A menos que seas vegetariano, pesci-vegetariano o vegano, lo más probable es que un jugoso chuletón cuya carne sea una de excelente calidad no te pase desapercibido, ¿verdad? Y esta afirmación, va mucho más allá de los límites fronterizos, ya que, aunque las preferencias culinarias de los diferentes países puedan diferir a la hora de cocinar la carne, los productos ganaderos como el cerdo, pollo, ternera, leche o huevos están siempre presentes en la cesta de la compra de muchos ciudadanos, desde Sur América a Asia oriental.
Con el consumo de carne en continuo crecimiento (de acuerdo a previsiones de la Organización Mundial de la Salud, el consumo de carne habrá aumentado de 218 millones de toneladas en 1997 a 376 millones en 2030), es del todo lógico plantearse una serie de preguntas como ¿cuál es el origen exacto de esa carne?, o siendo más específicos, ¿en qué tipo de entorno se ha criado el animal?, ¿se le ha tratado y alimentado justamente?, cuya respuesta no siempre satisface nuestra intriga, pecando quizás de imprecisas y poco esclarecedoras.
Con la población mundial creciendo a un ritmo vertiginoso, es natural que la demanda en el consumo de alimentos crezca a una velocidad similar, si no, igual. Es por esta razón, que el sistema global intenta encontrar el camino más sostenible para dar respuesta a este problema y alimentar a 9.7 billones de personas, -estimación de la población global en 2050-. Sin embargo, cabe señalar que el componente de mayor preocupación en estos momentos no es otro que la estrategia de compra de los ciudadanos y cómo, comercios y agricultores podrán sumarse a esta ecuación y despejar con éxito, la incógnita.
Asegurar el acceso a la comida, seguir produciendo con elevados estándares de calidad y que a su vez sean aptos para todos los bolsillos, aplicar modelos de producción sostenible que aseguren el uso responsable de energía, tierra, agua y seguir siendo un sector atractivo para la población rural, o el mantenimiento del bienestar del animal durante todo el proceso productivo, son solo algunos desafíos a los que habrá que plantar cara en un futuro más que próximo.
Introducción de tecnologías digitales en el sector agrícola para aumentar la productividad y el acceso a servicios y mercados.
Teniendo en cuenta el creciente interés de los consumidores por disponer de más información sobre la comida que se llevan a la boca, las empresas del sector buscan dar respuesta a esta cuestión mediante la aplicación sucesiva y gradual de métodos innovadores y que sin embargo, van más allá del cultivo sostenible o la ganadería responsable. Se trata de la integración de aplicaciones centradas en la tecnología IoT (“el internet de las cosas” por sus siglas en inglés) y la Open Source, que trabajando conjuntamente podrían suponer la revolución que el sector necesita.
Desde huertos urbanos a drones y robots de ordeño, ideas nuevas y sostenibles surgen continuamente; sobre cómo la innovación puede ayudar a cubrir las necesidades del sector; y en especial cómo esto, puede favorecer a mejorar la relación productor – consumidor, tanto en cuanto sea una comunicación bidireccional en la que la información fluya ; aparte de ayudar a preservar la biodiversidad, por supuesto.
Si miramos hacia el futuro, en el escenario digital aparecen diversos actores, –Big Data, inteligencia artificial, robótica y Blockchain (entre muchos otros)-, como mecanismos indispensables para solucionar el interrogante frente a la producción de manera sostenible, preservando el bienestar animal. Blockchain, en particular, está ya remodelando la industria tal y como la conocemos hoy en día (que en muchos casos podríamos denominar arcaica), con métodos para, por ejemplo, ayudar al ganadero a llevar un control de su ganado, observando y calculando los tiempos de pasto en tiempo real, para luego poder etiquetar su leche adecuadamente.
El proyecto Cattlechain
Cattlechain es el ejemplo más reciente surgido de una iniciativa creada para dar respuesta a algunos de los retos del sector ganadero europeo, como por ejemplo, el envejecimiento de la población del mundo rural, la estrecha dependencia de los productores a las ayudas públicas, la creciente demanda de los consumidores en cuanto a calidad, seguridad y trazabilidad, y los altísimos costes que suponen implementar tecnología punta, pese a la todavía incierta garantía de beneficios que supone.
Este proyecto que está coordinado por Sensowave, en el que participan la Fundación FIWARE, el instituto de ganadería francés IDELE y la empresa alimentaria Natrus se ha marcado como objetivo la mejora del proceso de producción, así como, el diseño de una trazabilidad con garantías durante toda la cadena, donde además, prime el bienestar del animal. Este sistema es capaz de identificar en tiempo real, a través de la plataforma, la localización y el estado de sus animales en el campo (como pueden ser la salud o la condición reproductiva). De este modo, el trabajo extra que supondría para un ganadero toda la parte de gestión para aumentar la productividad, eficiencia y transparencia, se realiza de forma automatizada regalándole así un valiosísimo tiempo aprovechable en otras tareas.
Todo esto finalmente ha sido posible gracias a la ayuda de la tecnología Blockchain, donde sensores y herramientas intuitivas facilitan un sistema que apoye y brinde soporte en el proceso de toma de decisiones.
Por otro lado, el método de reporte de trabajo administrativo tradicional de una granja se realiza en su mayoría, manualmente, y es un trabajo tedioso que muchas veces propicia el cometer errores, lo que supone una vulnerabilidad para el sistema en sí. Es aquí, donde la tecnología se abre paso, haciendo los procesos más rápidos, exactos y eficaces, recopilando automáticamente indicadores de bienestar y de salud del animal que, podrán ser utilizados posteriormente en los arriba mencionados sistemas de apoyo y soporte de decisión, que reducirán costes y trabajo.
El objetivo aquí no es otro sino garantizar la medida automática de indicadores de bienestar animal, así como disponer de un único punto de acceso a los datos para todos los actores de la cadena alimentaria. Sobre todo, se pretende facilitar la vida al ganadero y que el uso de esta tecnología no suponga un coste adicional para su producción si no un incremento de beneficios. Como último punto a tener en cuenta, esta solución debe proporcionarse de manera que cualquiera pueda interactuar con ella cómoda y fácilmente, ya que estará basada en los estándares internacionales de código libre, o lo que es lo mismo, en Open Source.
La interoperabilidad es la esencia
La interoperabilidad no es otra cosa que ser capaz de recopilar información a gran escala de tu granja que sea además accesible y legible por otros sistemas. No se trata solamente de que la tecnología “SmartAgri” llegue al ganadero, sino de que la información que estos sistemas recopilen pueda ser compartida, por lo que el enfoque de código abierto u Open Source se convierte en esencial. Ente otras cosas, esto significa que los ganaderos pueden estar seguros de que la ola tecnológica no les costará más de lo que puedan pagar. De hecho, se ha calculado el beneficio de aplicar esta tecnología, para que sea rentable
Este proyecto sigue muy de cerca las guías de la Fundación FIWARE, en las que se reconoce los estándares a los que todo el mundo puede acceder, para entender e implementar fácilmente a la hora de construir dichas soluciones.
Cattlechain es solo un ejemplo de cómo la comunidad FIWARE ayuda a acercar la tecnología punta a ciudades y medio rural, con una visión digital basada en la sostenibilidad. Simplificar los procesos de la agricultura, convirtiéndolos en automáticos, es, en realidad, lo que se tomará como partida tras estas iniciativas. Estando todavía en fase relativamente temprana, Cattlechain se propone acometer además otros muchos propósitos, como por ejemplo:
- Optimizar la cadena alimentaria: Producir comida de alta calidad, que asegure el bienestar animal, y con una pequeña huella ecológica, es uno de los grandes retos a los que se enfrenta la producción ganadera. Para cumplir con estos requerimientos, la ganadería necesita invertir más en sus propiedades, así como en el valor total de su proceso de producción. Es aquí donde, en el almacenamiento, monitoreo y tracking de sus bienes activos interviene la tecnología, cuyo producto final será un ganadero más ágil durante todo el ciclo.
- Enfoque más sencillo para guardar y acceder a los datos: Recoger todos los datos proporcionados con la ayuda de dispositivos IoT, microchips RFID, collares digitales etc, se almacenarán en una única plataforma, de fácil el acceso y cuyo análisis de datos podrá ser compartido para favorecer que la información fluya a lo largo de toda la cadena y ayudar así a que el ganadero pueda tomar la mejor decisión de acuerdo a los planes estratégicos de cara a su explotación.
- Seguridad alimentaria y nutrición: Poco a poco el consumidor ha ido aprendiendo a exigir un mayor conocimiento de lo los productos que pone sobre su mesa, desde condiciones higiénicas de la granja donde se ha criado el animal, hasta el recorrido final que ha realizado hasta llegar a su mano. A fin de cuesta, esta información es también beneficiosa para el ganadero quien podrá jugar mejor la baza del precio atendiendo a la demanda del consumidor.
22/08/2020 00:20
Muy buen artículo y muy bien explicado.