En pleno siglo XXI toda empresa debe tener clara una premisa: el consumidor manda. Y el sector agroalimentario no es una excepción. Aunque el camino del campo a la mesa es largo, el consumidor de hoy en día exige a los productos agroalimentarios no sólo calidad y seguridad alimentaria. Además exige otras características, las cuales cambian de año en año.
El 2016 está dando sus últimas bocanadas de aire, y consultoras de tendencias a lo largo y ancho del mundo se lanzan a sacar sus pronósticos para el año que entra. Así, es época de ver artículos y artículos sobre tendencias en Social Media, en nuevas tecnologías, y cómo no, en alimentación.
Y es que, “Con las cosas del comer no se juega”. Si tu empresa agroalimentaria quiere ser competitiva en un mercado globalizado, sin duda su camino es aprender a ver el futuro y saber leer esas señales que va dejando los consumidores con sus hábitos alimenticios.
Sin embargo, en un mundo hiperconectado, como veremos, muchas tendencias obligan a la cadena agroalimentaria al completo adaptarse a las nuevas exigencias del consumidor. Así, y como bien apuntaba en un excelente artículo para Anove nuestro amigo Felipe Medina, “el sector productor debe estar atento a lo que exige el consumidor, para adaptar su oferta a las nuevas tendencias de consumo”.
Esto lo ha sabido ver, y leer, muy bien Mercadona, estableciendo centros de co-creación, en los que toda la cadena, incluido el consumidor, está representada para idear y lanzar nuevos productos al mercado, con un alto %porcentaje de éxito. Además, no hay que dejar de lado el nivel de inversión en I+D+i que realiza la empresa del Sr. Roig.
Por tanto, adaptarse cuanto antes a las nuevas tendencias es clave para ser competitivos y diferenciarse. Por eso, y tras leer los informes de AINIA, Mintel y este recomendable artículo de Futurizable, os presento las tendencias que viene en este 2017 en Alimentación.
1 – Alimentos con imagen más natural, sostenible y ético.
Los consumidores, sobre todo los Millenials, han cambiado su mentalidad frene a los productos de gran consumo. Esto se ha fomentado en parte por el mayor acceso a fuentes de información alternativas a las habituales, donde influencers han jugado a favor de un consumo más responsable.
Esta tendencia se ha notado en los lineales de los supermercados, donde han proliferado los alimentos con etiquetas “eco”, “bio” y de producción responsable o ética. Los consumidores, y sobre todo los millenials, buscan dietas naturales, positivas y orgánicas. Y los más importante: el 58% de ellos pagarían, y pagan, más por estos productos.
Por cierto, dentro de esta tendencia, los productos de “desperdicio 0” ganan puntos.
2 – Mayor peso de los vegetales en la cesta de la compra
La búsqueda de dietas acordes con un estilo de vida más “healthy” ha topado de lleno con el reino vegetal. El consumo de frescos se ha disparado. Al igual que se ha disparado la formulación de alimentos para vegetarianos y veganos, hasta un +257% en todo el mundo.
3 – Productos tradicionales con una nueva imagen y formatos
Los consumidores se han cansado de los tomates sin sabor, de la textura acorchada de las manzanas y un largo etc. Ha comenzado la búsqueda del sabor tradicional, del sabor de siempre que nos transporte a la infancia.
Si, el sabor de siempre, pero en nuevos formatos y con nuevas imágenes, adaptadas al siglo XXI.
4 – ¿Qué estoy comiendo?
En un mundo hiperconectado, en donde el consumidor puede acceder a toda la información que necesita, las empresas deben esforzarse en demostrar todo lo que cuentan. En esto, la trazabilidad, los sellos de calidad y y la imagen que se proyecte es esencial para que nuestro producto entre en las hogares.
Por eso, se va a invertir en trazabilidad, en conseguir certificaciones reconocidas, y sobre todo en la búsqueda del producto local con una historia propia y que enamore.
5 – Auge de los productos de fácil preparación, “On the go” y “All in One
Todo esto de búsqueda del producto tradicional nos puede hacer pensar que el consumo también será tradicional: de forma lenta, degustándolo,… Nada más lejos de esto, el disfrute de una buena comida se va a relegar a los tiempos de ocio, siempre con un Smartphone en la mano para compartirlo con su audiencia.
En el día a día, el segmento de los productos de fácil y rápida preparación seguirá creciendo, sobre todo los segmento para tomar “on the go” y el todo en uno. Si no mirad la moda de Palo Alto de empezar a tomar los batidos de proteínas de los gimnasios a diario.
Si esta tendencia la sumamos a la tendencia Veggie, nos dan combinaciones tan interesante como el formato Fruitube wink
6 – Huida de los alimentos grasos y con azúcar añadido
No sólo la UE penaliza los alimentos con grasas “trans” y azúcares añadidos. Los consumidores están muy sensibilizados con el tema de la salud, y también penalizará estos productos.
7 – Food Defense
Los tristes acontecimientos ocurridos en Francia a lo largo del año han provocado una corriente de miedo a que nuestros alimentos puedan sufrir un atentado biológico. Algo que en EE.UU. apareció justo después del 11S.
Por esto, el denominado movimiento “Food Defense” va a ser protagonista durante este 2017. No sólo con legislación especial en el ámbito, también para todas aquellas empresas que quieran exportar al país del Sr Trump.
8 – El poder de las TICs
Las TICs van a tener cada vez más relevancia para las marcas de alimentación. Ya sea para optimizar sus procesos gracias al Big Data, para comercializar los productos en Internet y no perder la guerra contra Amazon Go (una total disrupción), y para comunicarse con su cliente de forma directa y ofrecer un “costume service” totalmente personalizado en RR.SS.
Tecnologías que son válidas tanto para la distribución como para los agricultores que se animen a ser productores-comercializadores.
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