La importancia del olivar en nuestro país no se cuestiona. España genera un tercio de toda la producción mundial de aceite de oliva, y Andalucía es la región productora por excelencia en el mundo. Como dato, en las provincias de Jaén y Córdoba, se produce el 64% de todo el aceite de oliva anual generado en España.
Tenemos un enorme recorrido de mejora en nuestro olivar, ya que solo el 27% de la producción en España trabaja con sistemas de producción intensivos (24% intensivo y 2% superintensivos), y aún el 73% se explota de la forma tradicional.
Dime qué olivar eres…
Gracias a la introducción del regadío en el cultivo del olivar y a la intensificación de los sistemas productivos, el olivar ha sufrido una profunda transformación. Así, ha pasado de ser un cultivo tradicional con poca rentabilidad a un cultivo de alto valor en auge. Además, la aplicación de la tecnología, tanto al cultivo como en el riego, está dando muy buenos resultados en producción y en calidad del aceite.
Pero ¿cuáles son los diferentes tipos de olivar que tenemos en España?
El 76% de los olivares de España se clasifican como olivares tradicionales, de baja densidad de árboles (entre 80 – 120 olivos/ha). Estos olivares tienen pocas posibilidades de ser dotados de riego, y su producción media anual es media-baja: de 2.000 a 4.000 kg/ha. Dependiendo del terreno, estos olivares tradicionales pueden ser mecanizables o no mecanizables.
El agricultor del olivar tradicional puede conseguir un buen rendimiento (20% de aceite de oliva). Por eso, estos olivares normalmente se manejan con prácticas de agricultura ecológica, para así aumentar el valor del aceite producido y conseguir mayores beneficios.
Los olivares de alta densidad representan el 24% de los olivares de España, y se caracterizan por su alta mecanización y dotación de regadío que aumenta significativamente la producción. En sistemas intensivos el rendimiento baja ligeramente (18%), pero aumenta drásticamente la producción.
Gracias al uso de variedades de olivo mejoradas, se consiguen densidades de plantación de 200 a 2000 olivos/ha, con marcos de plantación que van de 4 m x 1,35 (seto) a 6 x 6 (olivos de un pie).
Los costes de manejo e implantación de estos olivares son más altos, pero permiten controlar parámetros para aumentar la producción a la vez que bajamos costes. Por ejemplo, la poda permite tener una buena relación hoja-madera lo que optimiza el consumo de agua.
Dentro de los olivares de alta densidad hay dos tipos claramente diferenciados, olivar intensivo y olivar superintensivo, que darían para otro artículo.
Sea el olivar que sea, es importante tener en cuenta las necesidades hídricas para el cultivo según el clima y el tipo de suelo de la zona, así como la reserva de agua disponible en el suelo a la salida del invierno. Varios estudios desarrollados en España han demostrado que con riegos mínimos de 1.500 m3/ha se puede incrementar notablemente la producción. Eso sí, existen parámetros fijos a la programación del riego que deberemos tener en cuenta en cada explotación, como el marco de plantación, la variedad de olivo escogida, del tamaño de los árboles y de la producción esperada para conocer las necesidades totales.
… y te diré qué riego necesitas
La gestión del agua de riego es una de las prácticas de manejo del cultivo más importante, y aunque los beneficios son llamativos (pasamos de producciones entre 2000 – 5000 kg/ha a 15000 kg/ha y año), un diseño inadecuado, una mala programación del riego o un desconocimiento de los equipos, puede provocar unos efectos negativos en la explotación irreparables.
El riego del olivar es una tarea que debe realizarse con máxima precisión para obtener el máximo beneficio marginal del agua. Por eso es necesario realizar una programación óptima del riego, implementándolo en aquellas épocas más críticas – prefloración y maduración – que curiosamente coinciden con los periodos del año de más sequía.
Así, en el olivar el sistema de riego más extendido es el de goteo, donde prima la eficiencia de cada gota de agua y donde se permite una flexibilidad en los caudales y frecuencias que pueden adaptarse a cualquier explotación.
Dada la importancia de la agricultura en nuestro país, compañías como SUEZ pueden desempeñar un papel clave, dada su experiencia global en la gestión de los recursos hídricos y de energía, acompañando al empresario agrícola para rentabilizar sus cultivos.
Después de informarme, en SUEZ Agricultura han desarrollado una solución integrada para cubrir las necesidades de cultivo, riego y energía. Y cuentan ya con la colaboración de empresas líderes del sector, como WISE Irrisystem o la unión de SUEZ-Galpagro. Esto les garantiza disponer de los recursos y la tecnología más innovadora.
A la hora de diseñar una nueva instalación de riego, en SUEZ Agricultura dan una importancia prioritaria a la variabilidad de la parcela. Así, utilizan imágenes satélites para conocer qué heterogeneidad presenta el terreno, tanto desde el punto de vista edafológico, como de vigorosidad y producciones de campañas anteriores, aunque no hayan sido cultivadas con olivar anteriormente. Esta tecnología permite realizar un diseño de riego ad-hoc para la explotación y aumentar el potencial productivo de la parcela, con diseños particularizados a los condicionantes tanto internos como externos de la explotación.
Además, SUEZ Agricultura cuenta con un modelo de financiación para ayudar al agricultor a hacer frente a la fuerte inversión que supone la transformación y modernización del sistema de riego. Algo muy necesario actualmente.
01/03/2020 23:30
Alta densidad, 4×1.5 variedad arbequina